lunes, 10 de marzo de 2014

Hasta siempre

En mi cabeza hay un rincón con tu nombre escrito con spray,
uno de los 'para siempre' que acabaron ayer
o ya nacieron muertos mientras eran pronunciados.
Porque aspiramos a lo perenne, y las hojas se afilan, las raíces se hunden
y nuestra savia caduca.
El mundo clama a las puertas de nuestra piel
y no le abrimos por si se cuela también el paso del tiempo
que aquí hace frío, pero nunca es invierno
mientras allá fuera los años tiritan y pasan
E inmortales como cadáveres que ya no pueden morir otra vez
o que han aprendido a morir a diario,
nos secamos,
y nos disecamos como la flor más bella carente de vida
mientras esto es nuestro y sólo nuestro,
un precioso amor de miel
y alquitrán,
con el que tatuarnos nuestras iniciales para que no existan finales
y gritar a los cuatro vientos,
que nosotros somos el quinto, el que empuja los barcos cuando van a contracorriente,
la excepción de todas las reglas,
el fuego que no se consume,
el segundero de un reloj que gira, pero no cambia sus horas
y que nunca, jamás
aceptaremos
que tanto la soledad como el amor son eternos,
pero ninguno es para siempre.

1 comentario:

María José dijo...

Esto hay que leerlo unas cuantas veces para encontrar todas las verdades que encierra… seguiré con ello...