jueves, 21 de agosto de 2014

No soy digno de que entres en mi farsa, pero una mirada tuya bastará para salvarme

He visto ríos cambiar su sentido para venir a morir al manantial de tu boca
y les entiendo,
yo tampoco sé hacia dónde extinguirme
si me miras.

¡Dime por qué iba yo a apartar la mirada!

Pierdo el equilibrio cuando
coinciden nuestras pupilas en un rayo, cristal contra cristal
y se difumina el exterior
lo que no puede soportar tu belleza y es,
por tanto, externo
que tienes un verde que escapa a toda materia,
el latido de un dios tallado en la retina...

¡Dime por qué iba yo a apartar la mirada!

Brillas aquí y allá ajena a todo suspiro,
como si el mundo no fuera tuyo y aún tuvieses que devolver las primaveras.
La vida brota de tus ojos y lo sabes,
pues tuyo es el color que prestas a las cosas
añil, ocre, turquesa, índigo, escarlata,
cualquier lugar es tu templo,
cualquier perfume es tu incienso
cualquier frontera tu patria
todo recuerda a ti.

¡Dime por qué iba yo a apartar la mirada!

Y entonces mirarte ya no es sólo vivir contra el tiempo
o tumbar el reloj de arena
o agrietarse las plantas de los pies caminando en el filo de la guadaña
si no devolver su nombre a las cosas.
Cráter, pétalo, tecla, anillo, escorpión, hermosura

¡Dime por qué iba yo a apartar la mirada!

Y entonces consigues que yo quiera ser yo,
que la piedra quiera ser piedra
y los cielos eternos,
que todo quiera estar donde está
para ser lo que es cuando tú le das su sentido.

Si me pides que te escriba un verso más
me quedaré sin palabras



domingo, 10 de agosto de 2014

¿Cómo se mira un buen cuadro?

 Me gusta que me hagas esa pregunta
ya que si yo supiese algo de arte
y tuviera que pintar
 la naturaleza muerta de una calle abarrotada de gente,
dibujaría  el caminar maldito de un millar de cuerpos
al galope
desordenadamente, ocultando
el agrio color mostaza que sólo sale a la luz en las fotos
pero suele brillar en noches de luna llena,
fíjate la próxima vez que lo veas
justo ahí, debajo de las pupilas.

Si con este dato
no follas
ya no puedo hacer mucho más...

Si yo supiera algo de arte
pintaría un sonido,
escribiría una larga y tediosa explicación de por qué utilizo el verde
o por qué he dicho follar ahí antes, cuando no encajaba muy bien con el tema
y me atragantaría con el siguiente verso:

No te alejes demasiado del agua que sacia tu sed
si quieres que un pero sea un quizás.

Pero no sé nada de arte.
Así que
¿cómo se mira un buen cuadro?

Como lo haría un enamorado:
con ojos nuevos.
El resto de palabras sobran.

Tú sólo fija los ojos en él y di:
enséñame tu oscuridad
y te la cambio.