miércoles, 10 de diciembre de 2014

El frío que nos deletrea

Ayer amaneció mi armario dado la vuelta
y mi disfraz de payaso
me irritaba la piel con las costuras.

Mi traje
un poco cansado ya de que tuviera más preguntas que respuestas
se fue a pedir un vino a la tintorería
con mi pijama,
para quejarse de lo aburridas que eran mis noches, supongo.

Hasta mi ropa de alguien normal que se viste como alguien normal
se destiñó de rosa por ver si ligaba con un tutú de bailarina...

Abandonado y sin nada con lo que cubrirme las vergüenzas,
salí a la calle completamente desnudo, tan puro
como el llanto de un bebé,
me paré en mitad de la carretera
extendí mi cuerpo en el suelo como el que extiende un cheque en un banco
y agité mis brazos y mis piernas
dibujando una silueta.

"Mira mamá, un ángel de asfalto."

Mira mamá, un muñeco de humo.

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