sábado, 9 de mayo de 2015

No seamos tampoco de esos

A ti y a mí, que no nos una la mediocridad,
que no nos una el hastío,
ni el fuego helado del destino
decida qué permanece y qué muere.

No seamos ángeles caídos que
por casualidad, coinciden en un mismo cuenco de barro,
y se juntan por tristeza mutua.

Tampoco de esos que descubren que era amor
 en la penúltima parada
mientras ven pasar las horas
—muertas como peces—
río abajo.

Decidamos pues, vivir el entretiempo
entreguemos pues, pronombres y renombres
reescribamos pues, un guión sin argumento
dibujemos pues, dos paralelas que se tocan.

Seamos pues, cuerpos chocando como mares
mendiguemos pues, otro beso que llevarnos a la boca.
disfrutemos pues, del cine, del teatro y  de los bares

abracemos pues,
la ceniza sobrante de los días.

1 comentario:

Diego Rinoski dijo...

que buena, imaz, como te odio...jaja...