lunes, 6 de abril de 2015

Cuatrocientos

Mi sobrina pequeña sabe contar hasta cuatrocientos. Bueno, es mentira, sabe contar hasta diez pero después da un salto hasta el cuatrocientos. No sé por qué exactamente ese número en concreto, pero me imagino fácilmente a su padre regañando a alguno de sus hermanos: ‘Te he dicho cuatrocientas veces que recojas tu cuarto’.

El otro día se acerca y me dice:
—Tío, cuando yo tenga cuatrocientos años, ¿me seguirás llevando a dar de comer a los patos?
Yo la miro y me pregunto quién será el que le diga que eso es imposible, que nadie vive tanto y que aunque para ella aún quede mucho, después del diez va el once.

Desde entonces me asalta una pregunta:
¿Sabernos mortales nos hace mortales?

No hay comentarios: